LUIS EFRAIN GOMEZ LEAL, en el año de 1.917 escribió un librito que tituló “Historia de los Chitareros” (Fondo Arciniégas).
En él menciona a los aborígenes CHITAGAES, a los ICOTÁS, a los CACOTÁS y por la descripción que propone se colige que dichos nativos estaban unidos a los Chitareros.
Según dicho autor, Chitareros era una de las razas o rama que se desprendía del árbol Caribe – Atlante o del Quichua que poblaron los Andes.
El clan de los Chitareros disfrutó desde su instalación de las riquezas naturales , organizándose convenientemente en bohíos y cercando grandes extensiones de terreno para el cultivo de sus siembras.
Un esforzado cacique, el más apto por lo aguerrido, fuerte y capacitado, comandaba el pueblo como un semidiós.
Cuando llegó a la conquista, hacia tiempo que Guatiyarocha, llamado el Cacicón, ocupaba un sepulcro al lado de sus antepasados Chitareros.
Su hijo Chicamocha, heredero del cacicazgo, gobernaba a todos los habitantes establecidos entre los linderos demarcados por los territorios de Sugamuxi y de los Guanes, Macareguas, Junzas y Caribes.
Y más allá de las últimas crestas de la cordillera Andina, por sobre los llanos en que los tigres juegan a la Pampa; por la helada cresta de los nevados hendidos como jarcias de navíos piratas, y aún más allá de las batientes olas del mar.
LUIS EDUARDO PAEZ COURVEL, en su muy importante libro “Estudios Históricos sobre Pamplona y Ocaña” (Editorial Antares, Bogotá 1950, Pgs. 14 y 15) citando el libro “Historia General” del obispo LUCAS FERNÁNDEZ DE PIEDRAHITA, en apuntes verificados en el año de 1.941, señala que los dominios Chitareros se extendía entre las tierras de Tunja y Mérida.
Dominando el panorama, se erguía TEQUIA la ciudad sol, capital de la tribu. En la lejanía, numerosos pueblos mostraban el maravillosos adelanto y civilización avanzada de esta raza de guerreros y artistas.
E. Otero D’Costa, en su obra Cronicón Solariego, dice que los Chitareros habitaban las tierras frías del gran nudo que forma los Andes Santandereanos.
El señorío de sus caciques debió extenderse por toda la región comprendida entre el río de Guaca en su curso superior y el alto y medio Suratá, bordeándola por esos lados, como frontera natural, la fila de picachos desde Mogorontoque hasta los climas de Tona, en Santander del Sur.
Al parecer, los Chitagaes, los Icotás (Ycotás) y los Cacotás eran pequeños asentamientos pobres que dependían a distancia del centro de la civilización Chitarera.
Pero parece, que antes de la expedición de PEDRO DE ORSUA Y DE ORTÚN VELÁSQUEZ DE VELASCO, hubo exploraciones cercanas a los territorios que ocupaban dichos asentamientos, avances que se le endilgan a AMBROSIO ALFINGER:
“... Escapaba Alfinger del valle de los ARUACAS o LACHES, perseguido por el odio aborigen, en busca de lo que hoy son tierras de Venezuela, en su fuga desesperada llegó al Almorzadero, paso al Cornal, al Zumbador, a la Tierra hasta el río cañaverales...” “... son una derivación psicológica de los tundamas, a su vez dependencia de los chibchas... ” “... eran los Chitareros delgados, pequeños, de ojos oblicuos, claros y patizambos...” “... de estatura baja, de 1.60...” “... raza cobriza típica...” “... sus cerámicas denotan industrias adelantadas...” “... en las tumbas de los chitareros no se hallan ídolos ni muestras de oro; sólo se encuentran hachas de piedra, cortas, y como adornos, collares de huesos de aves, caracoles marinos y perforados...” DON MARTÍN CARVAJAL encontró varias momias que tienen una longitud de 1.62 cm. Con un diámetro toráxico de 78 cm y un peso probable de 50 kilos, pecho muy amplio y caderas simétricas, con huesos coales fuertes.
Transcribiremos parte de lo relatado por el Historiador JOSE ANTONIO DE PLAZA en sus “ Memorias para la Historia de la Nueva Granada”, que hace referencia a la fundación de la vecina Pamplona como resultado de la expedición al norte dispuesta por el visitador Español Licenciado MIGUEL DIAZ DE ARMENDÁRIZ, expedición que estuvo a cargo de don PEDRO DE ORSUA Y DON ORTÚN DE VELASCO:
“...Exitóse de nuevo el deseo de descubrir la afamada Casa del Sol, que había arrastrado el ambicioso Hernán Pérez al descubrimiento de su empresa en el Dorado. Armendáriz por ocultos motivos había estimulado a esta empresa, nombrando desde el año anterior por capitán a Pedro Orsúa, i destinado cien Negra, hasta llegar al valle del Pamplonita, tierra de los Chitareros, para arribar frente a la floresta de Chinácota donde cayó el bravo conquistador, segada la garganta por el filo de la saeta implacable. Era el año de 1.533...”
El coronel JOAQUIN ACOSTA (“Compendio Histórico del Descubrimiento y Colonización de la Nueva Granada, París, 1.848) dice que: “... a la época del descubrimiento había en Pamplona y valles circunvecinos una población de 200.000 almas por lo menos según relación dirigida por los vecinos a Armendáriz en 1.550...”.
Se tiene como fecha de conformación como pueblo de Indios a la actual Cácota el 26 de Octubre de 1.555 por iniciativa de Ortún Velásquez para que no se confundiera con otro poblado llamado Cácota de Suratá. Sin embargo, quien fuera en el año 1.988 Párroco del lugar, el Pbro. ALVARO CAMACHO AMAYA, afirmaba, sin mencionar la fuente, que el pueblo tuvo su origen por la acción que emprendiera el primer cura de Pamplona el Licenciado PEDRO DE VELASCO, quién pertenecía a la orden Dominicana. De ser cierta esta afirmación, Cácota no sería del fundador de la ciudad ORTUN VELÁSQUEZ DE VELASCO, sino del cura PEDRO DE VELASCO. Habría que definir si la fuerza civil predominó (por la Encomienda) sobre la labor Evangélica del cura Vicario ALONSO VELASCO como determinante del nombre que ha llevado el poblado.
De las encomiendas conferidas, luego de la Fundación, se conocen hoy muchas de ellas que se guardan en los diferentes archivos, entre ellos el Histórico Nacional de Bogotá, el famoso Archivo de Indias de Sevilla, así mismo, en importantes publicaciones hechas a lo largo de varios años”: Los Fundadores de Pamplona” de Luis E. Páez Courvel; “Visitas de Santander” (Archivo Nacional); “ Los genitores” de Alejo Amaya; “ Genealogías” de Flores Ocáriz; “Historia de Colombia en el siglo XVI” de Ernesto Restrepo Tirado; “Noticias Historiales” de Fray Pedro Simón, textos que enriquecen el conocimiento de los orígenes de nuestra región.
En ese investigar, el Equipo encontró el siguiente documento, la Encomienda de SEBASTIÁN LORENZO, que parece relacionarse con los indios Icotá.
Dicho SEBASTIÁN LORENZO, fue vecino de Pamplona después de la conquista y población. El 29 de marzo de 1.552, en el páramo de Suratá, dentro de los términos de la jurisdicción pamplonesa, fue expedido a favor de este conquistador el título que a continuación se transcribe:
“... Pedro de Orsúa, capitán general e Justicia Mayor de la Jornada de los Llanos e de la ciudad de Pamplona e sus Provincias, por los muy poderosos Presidentes Oydores de la Audiencia del Nuevo Reyno de Granada, por que vos, SEBASTIÁN LORENZO, vez de la ciudad de Pamplona, sois una de las personas que avéis servido a Su majestad en la conquista, poblazón e pacificación del dho. Nuevo Reyno, con vra. Persona, armas e caballo de su Magd. , e por que su real intención es que los que aún le an servido e sirven en algo sean renumerados e gratificados de sus servicios e trabaxos, por ende por la presente, en nombre de su Magd, e por virtud de los poderes que para ello tengo, de los dhos. Señores Oydores, encomiendo en vos dhos. SEBASTIÁN LORENZO, en los términos e jurisdicción de la dha. Cibdad de Pamplona los pueblos llamados Chitayaquiri, con el cacique Cabaruca, con todos sus caciques e indios, y el pueblo llamado YCOTA, con el cacique Becetuna e otro Tabacera... (ilegible), y el pueblo de Cucuta, con todos sus sujetos eprensipales, según e de la manera que los tuvo e poseyó MIGUEL DE TIEBEL, el cual hizo dellos dexación para que en vos se encomendasen, la cual por mi fue confirmada, de los cuales dhos. yndios vos sirváis como de personas libres...” (Tomado del libro “Estudios Históricos sobre Pamplona y Ocaña Pgs. 172 y 173, de Luis Páez Courvel (Antares – Bogotá, 1950.
El ya mencionado presbítero ALVARO CAMACHO AMAYA, en la época en que fue párroco de Nuestra señora de los Dolores de Cácota, en el año 1.987, hizo divulgar el siguiente documento (“monografías Especializadas” “Cácota de Velasco”, publicación de la Asociación de Amigos de Cácota – 1.987) del cual no se conoce su origen y que probablemente se encuentre en los archivos arquidiocesanos:
“... Año de 1.728, para que quede Ad perpetuam rei memorian, pongo esta nota : Ha sido en los monasterios hereditaria la cordial devoción a los Santísimos Dolores de María, con especialidad al mayor que padeció esta Soberana Reina de los Cielos y Tierra: el de su soledad.
Habiendo sido cura tres años y viviendo que del todo no había culto a este soberano ministerio, solicité un cuadro para que la devoción la venerase y no hallándose, doña maría de Cañas Trujillo, me dio uno pequeño que dejó en la sacristía y otro para que lo pusiese a mi vista y me acompañase.
Viendo la hermosura que si tiene, lo coloqué en la iglesia, le hice un altar y la adorné, hasta donde han podido mis fuerzas. Entendiendo que quien roba los corazones es su hermosura. Representándonos el fin de todo nuestro bien y lo último de nuestra redención, teniendo en sus brazos un Dios muerto, moviese los corazones con decente veneración.
Atendiendo que de parte de ninguno se preocupa adelantar y que ella me ha mantenido otros cuatro años más en su compañía por la provincia suya, alcancé de mis prelados superiores licencia para darle cincuenta reses vacunas, para principio de bato, para que de su producto puedan mantenerle con veneración y que no le falte siquiera el día de sus honores, una misa, así es como dejo escrito y en verdad lo certifico y firmo de mi nombre, en Cácota el 16 de enero de 1.728, Bartolomé Monasterio, Cura de Cácota...”
Según sostiene Monseñor Acosta Mohalem, “... En Cácota estaba en 1.746 como doctrinero Fray Cristóbal Bermúdez de la orden de San Francisco, hasta 1.757 a quien sucedió Fray Gregorio Santos hasta 1.759 y luego Fray Joaquín Meaurio hasta 1.728...” (PG. 201).
La sede de la administración municipal se inauguró en el año de 1.969 cuando era Alcalde DON JESÚS ANTONIO ARAQUE CHIQUILLO. En ese mismo año, el municipio fue conectado a la red eléctrica de Tibú.
En ese orden de análisis, se podría afirmar que el área urbana de Cácota de Velasco, en su conjunto, es potencialmente elemento patrimonial arquitectónico histórico, pues existe en él las huellas muy marcadas de la tradición española.
miércoles, octubre 11, 2006
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